El arrayán, que pertenece a la región andino-patagónica, es un árbol nativo de sutil encanto, con una corteza color canela cubierta de manchones blanquecinos, fría y suave a la vez. Crece muy lentamente a orillas de ríos y lagos y puede alcanzar los 15 metros de altura. Sus hojas pequeñas y de brillante verde, que no caen en invierno, contrastan en verano con las numerosas flores blancas que colman las ramas. Cuando el sol traspasa el follaje, todo el bosque se inunda de colores ocres, creando una tenue y fantástica atmósfera.
sábado, 24 de noviembre de 2007
Parque Nacional Los Arrayanes.
El arrayán, que pertenece a la región andino-patagónica, es un árbol nativo de sutil encanto, con una corteza color canela cubierta de manchones blanquecinos, fría y suave a la vez. Crece muy lentamente a orillas de ríos y lagos y puede alcanzar los 15 metros de altura. Sus hojas pequeñas y de brillante verde, que no caen en invierno, contrastan en verano con las numerosas flores blancas que colman las ramas. Cuando el sol traspasa el follaje, todo el bosque se inunda de colores ocres, creando una tenue y fantástica atmósfera.